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REFUGIO PARA UNA NEURA



Por Emilia Pardo Umaña


     Al comenzar esta nota, quiero hacer llegar a cuanto lean el íntimo convencimiento de que hablo muy en serio, y solicito a la mayor brevedad una respuesta, ojalá dentro de las condiciones que deseo, o dentro de las que más se aproximen. He aquí el caso. Me voy a veranear. Abandonaré a mis lectores, que ríen, gruñen o dicen malas palabras diariamente contra mi notica ingenua y contra mi vida social; abandonaré la máquina de escribir, a mis relacionados y familiares, y me iré, durante quince días para el campo, con el laudable propósito de descansar.

         ---Y, ¿para dónde te vas, Emilia?

     Eso, lectores, depende de vosotros; os hablaré con el alma en la mano, espero la respuesta, los precios y una rápida contestación. Quiero irme a la casa de un matrimonio honorable, y a ser posible desconocido, al menos para mí. Está casa debe ser de campo, naturalmente en tierra fría pues no admito propuestas a medio que suba el clima, lejos de cualquier lugar en que haya mucho movimiento, o se usen vestidos de veraneo. Si el matrimonio en cuestión fuera viejecitos, me encantaría y, naturalmente, no es obstáculo que vivan con hijos, nietos o sobrinos, siempre que no hayan niños chiquitos. Espero que me den una habitación clara, una buena cama, aseada, cuyas sábanas se mudarán dos veces durante mi permanencia, y una silla cómoda, para sentarme a leer.

    Aparte de esto, me veo en el caso de poner, inmediatamente una larga lista de condiciones, de las cuales no transijo en ningún punto, lista que pido guardar cuidadosamente a la persona que esté dispuesta a admitirme como huéspeda: 

     1ª No voy a ver el ciruelo. Sé que es una maravilla, que está prosperando, y que es de unos "pies" finísimos, que dan unas ciruelas famosas. Pero yo no veo el ciruelo; no lo quiero ver, y no iré.

    No me interesa el sistemas de riegos de la hacienda, ni los problemas que deban afrontar en las épocas de sequía. 

      No quiero que se me diga ni una sola vez de lo bien o mal que escribo, ni del deleite con que me leen, ni de "la gracia tan grande" que es escribir todos los días; aparte de esto, me gusta mucho hablar del resto de El Espectador".

      Desearía poder beber de cuatro a seis vasos de leche fresca, todos los días; pero me negaré terminantemente a ver el cuidados con que ordeñan la vaca, y lo aseado que está todo. Si ,me sirven tentadas de microbios y de leche superpuesta, me da igual, siempre que la combinación tenga buen sabor.

    No quiero que me atiendan ni que me pregunten si estoy contenta. Me voy inmediatamente; a la primera vez que me digan que coma más de una cosa, porque está "rica", o que me tome la sopita, cuando ya haya dicho que no.

     6ª Es inútil que me relaten los apuros que pasan por los impuestos, por los vecinos, los precios del mercado y demás contrariedades, pro que no escribiré una sola palabra sobre las desventuras de mis amigos de vacaciones. 

     No me llama la atención que me conviden a pasear.

      Me niego terminantemente a conocer todas las curiosidades naturales o debidas a la iniciativa del hombre, que haya en cien leguas a la redonda.

      Quiero que me lleven el desayuno a la cama, aunque se muy mala educación.

      10ª Me gustaría que hubiera un buen caballo para montar.

    11ª Me agradaría que mis patrones fueran pobres y gustaran de comer sencillamente, pues si les da por "componer" la comida y servirme platos exquisitos no voy. 

      12ª No quiero ver las gallinas ponedoras, ni la yegua que es hija de una que era del doctor Nemesio Camacho. 

       Suplico al matrimonio --honorable, eh?-- que reúna estas condiciones y dese tener por 15 días nada más una huéspede algo incómoda, que se dirija a "Emilia, en El Espectador", precisando en qué punto está ubicada la finca y qué precios debo pagar, incluías todas las extras. Advierto que nunca pediré nada que se salga de lo común. ¡Ah! Se me olvidaba, es importantísimo que no haya radio en la finca, ni en ninguna próxima. En cambio de todo esto, me comprometo a ser buenecita, algo intranquila, un sí es no es charlatana y pagar por anticipado.  





Enero 19 de 1937

       


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